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Todos los dias nos faltaban toallas y no han cambiado nunca la ropa de cama sucia.

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Genial localizacion. Personal amable y todo muy limpio. Buena relacion calidad precio.

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Todo estupendo

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Suciedad debajo las camas y por las esquinas. Camas suenan muchísimo con sólo moverse al igual que el suelo. Sábanas, colchas, ventanas y cortinas sucias. Habitación olía mal. Alfombrilla de bañera con moho y pelos. Chinches en la cama. Tengo varias picadas. No pude dormir entre el olor a polvo y todo lo mencionado.Pensando en reclamar lo pagado. Enviaremos fotos al alojamiento

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La habitación era grande y espaciosa pero a la hora de dormir la almohada era tan fina que el cuello no estaba apoyado en ningún lado para poder descansar. Además de fina durísima. Las ventanas son viejas y entraba mucho aire y mucho ruido de la calle. La persiana izquierda no bajaba del todo y entraba luz por lo que en cuanto amaneció ya estábamos casi despiertas. Es cierto que es un hotel viejo porque se nota tanto en los materiales como en el olor del mismo; pero aún así estaría bien para dormir si esas características cambiarán. Una pena la mala experiencia descansando porque no repetiriamos estancia.

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Perfecto

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Perfecto

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En lo que se refiere al personal, la chica que estaba en recepción cuando llegué por la tarde, de 10; por el contrario, el señor que estaba en recepción de noche cuando me fui a las 6:15 de la mañana no me dio ni los buenos días al depositar las llaves y despedirme. Sobre lo mejor del hotel es muy difícil decidir, ya que hay muchos aspectos positivos: junto con la ubicación del hotel, en pleno centro de Oviedo y muy cerca de las estaciones de tren y de autobuses, y la relación calidad-precio, quedé impresionado con la reforma, la decoración y la limpieza del baño de la habitación 500. Además, la wifi funcionaba perfectamente y el restaurante del hotel, “Los Oscos”, es excelente: se puede cenar muy bien y a un precio asequible sin moverse del hotel y el camarero era superatento y muy simpático. En el lado negativo, la cama era cómoda, pero pasé algo de frío por la noche, un edredón un poco más gordo no hubiera estado de más, y a pesar de reservar una habitación doble, sólo encontré una pequeña toalla colgada de la ducha para ponerla en el suelo al salir y una toalla demasiado pequeña para secarme encima del lavabo.